Curiosamente, y respaldado por datos históricos, siempre que hay una gran crisis económica también hay una gran estafa. Y esta vez el turno ha sido para el caso Madoff, con una escandalosa estafa de estafa de 50.000 millones de dólares.
Bernard L. Madoff incursionó en el mundo de las inversiones en el año 1960, con un capital de 5 mil dólares que, según él, había ganado cuando trabajaba como socorrista en las playas de Queens. Su hábil desempeño en las finanzas lo llevo a ser presidente de Nasdaq y a fundar su propia firma de inversión: Madoff Securities.
Su brillante carrera y la seguridad que ofrecía su firma, entidad autorizada y regulada, fueron un gran atractivo para que muchos invirtieran en Madoff Investment Securities.
Madoff se ganó la confianza de entidades importantes y de personas pudientes miembros de exclusivos clubes o de la jet set estadounidense. Todo porque era considerado un dios de las finanzas, pues devolvía entre un 8 o un 12% de intereses todos los años, tanto en épocas de alzas del mercado, como también durante las caídas de la Bolsa.
Pero detrás de tanta maravilla lo que se escondía era una gran estafa basada en el Esquema Ponzi, un fraude piramidal, en donde la rentabilidad y los beneficios prometidos, se pagaban con el dinero de los clientes recién ingresados.
Por esta razón Bernard Madoff fue detenido el 11 de diciembre de 2008, y el 12 de marzo se declaró culpable de llevar a cabo un fraude de 65.000 millones de dólares por 20 años, con el que estafó a miles de clientes, desde grandes bancos hasta entidades de beneficencia y pequeños inversionistas. Por este hecho el empresario de 70 años podría ser condenado a 150 años de prisión.
Entre los estafados se encuentra un gran número de familias prominentes de Nueva York y Florida, además de miembros de los clubes de golf más exclusivos de Estados Unidos, como Fred Wilpon, el dueño mayoritario del equipo de béisbol New York Mets, y Norman Braman, ex propietario del equipo de fútbol americano Philadephia Eagles.
Igualmente fueron engañadas algunas entidades financieras que disponían de sistemas sofisticados de control de sus inversiones. Tal es el caso de Fairfield Greenwich Group, que ha confesado que puso 7.500 millones de dólares en los fondos de Madoff.
También han perdido dinero el banco francés BNP Paribas, el japonés Nomura y el suizo Neue Privat Bank. En España, entre las posibles víctimas están el Banco Santander. El BBVA ha negado haber invertido en Madoff el dinero de sus clientes, pero no habló de su propia cartera.
De la estafa también fueron víctimas fundaciones y organizaciones caritativas, muchas de ellas judías. De hecho, la Fundación Robert I. Lappin, que estimula el mantenimiento de la identidad judía entre los jóvenes, se ha visto obligada a cerrar porque había confiado sus recursos a Madoff. Por su parte, el Sistema de Salud Judío de North-Shore, Long-Island, que opera 15 hospitales, ha revelado haber perdido cinco millones de dólares, y la Fundación Julian J. Levitt otros seis millones.
Los afectados se agruparon en tres categorías: 1) bancos y aseguradoras; 2) banca privada y fondos; y 3) fundaciones y personas naturales. En una cuarta categoría se incluyen otros afectados, sobre los cuales no se pudo determinar la cuantía de lo perdido.
Mientras tanto el proceso en contra de Madoff continua en curso y sus víctimas desesperados buscando la forma de recuperar su capital.
Bernard L. Madoff incursionó en el mundo de las inversiones en el año 1960, con un capital de 5 mil dólares que, según él, había ganado cuando trabajaba como socorrista en las playas de Queens. Su hábil desempeño en las finanzas lo llevo a ser presidente de Nasdaq y a fundar su propia firma de inversión: Madoff Securities.
Su brillante carrera y la seguridad que ofrecía su firma, entidad autorizada y regulada, fueron un gran atractivo para que muchos invirtieran en Madoff Investment Securities.
Madoff se ganó la confianza de entidades importantes y de personas pudientes miembros de exclusivos clubes o de la jet set estadounidense. Todo porque era considerado un dios de las finanzas, pues devolvía entre un 8 o un 12% de intereses todos los años, tanto en épocas de alzas del mercado, como también durante las caídas de la Bolsa.
Pero detrás de tanta maravilla lo que se escondía era una gran estafa basada en el Esquema Ponzi, un fraude piramidal, en donde la rentabilidad y los beneficios prometidos, se pagaban con el dinero de los clientes recién ingresados.
Por esta razón Bernard Madoff fue detenido el 11 de diciembre de 2008, y el 12 de marzo se declaró culpable de llevar a cabo un fraude de 65.000 millones de dólares por 20 años, con el que estafó a miles de clientes, desde grandes bancos hasta entidades de beneficencia y pequeños inversionistas. Por este hecho el empresario de 70 años podría ser condenado a 150 años de prisión.
Entre los estafados se encuentra un gran número de familias prominentes de Nueva York y Florida, además de miembros de los clubes de golf más exclusivos de Estados Unidos, como Fred Wilpon, el dueño mayoritario del equipo de béisbol New York Mets, y Norman Braman, ex propietario del equipo de fútbol americano Philadephia Eagles.
Igualmente fueron engañadas algunas entidades financieras que disponían de sistemas sofisticados de control de sus inversiones. Tal es el caso de Fairfield Greenwich Group, que ha confesado que puso 7.500 millones de dólares en los fondos de Madoff.
También han perdido dinero el banco francés BNP Paribas, el japonés Nomura y el suizo Neue Privat Bank. En España, entre las posibles víctimas están el Banco Santander. El BBVA ha negado haber invertido en Madoff el dinero de sus clientes, pero no habló de su propia cartera.
De la estafa también fueron víctimas fundaciones y organizaciones caritativas, muchas de ellas judías. De hecho, la Fundación Robert I. Lappin, que estimula el mantenimiento de la identidad judía entre los jóvenes, se ha visto obligada a cerrar porque había confiado sus recursos a Madoff. Por su parte, el Sistema de Salud Judío de North-Shore, Long-Island, que opera 15 hospitales, ha revelado haber perdido cinco millones de dólares, y la Fundación Julian J. Levitt otros seis millones.
Los afectados se agruparon en tres categorías: 1) bancos y aseguradoras; 2) banca privada y fondos; y 3) fundaciones y personas naturales. En una cuarta categoría se incluyen otros afectados, sobre los cuales no se pudo determinar la cuantía de lo perdido.
Mientras tanto el proceso en contra de Madoff continua en curso y sus víctimas desesperados buscando la forma de recuperar su capital.