La inversión activa es una estrategia de compra y venta de productos en rápida sucesión con el fin de aprovechar las condiciones del mercado temporal. Aunque el proceso puede ser muy rentable, también puede ser muy peligroso. Mientras que muchos inversionistas tienen un enfoque a largo plazo para la compra, este no es el caso de la inversión activa.
Un número de diferentes productos se pueden utilizar con la inversión activa. Mientras que las acciones vienen a la mente como uno de los más comunes, también se puede hacer con:
- Bonos
- Materias primas
- Divisas (Forex)
- Bienes raíces.
Algunos de ellos, como el comercio de acciones y materias primas, se puede hacer con relativa rapidez y facilidad. El mercado inmobiliario puede tomar un tiempo considerablemente más largo, simplemente porque el proceso requiere más mano de obra. Sin embargo, los bienes raíces pueden ser considerados como una inversión activa simplemente porque la longitud de tiempo que se mantiene con un propietario es considerablemente más corta que el promedio.
Definición de la inversión activa
No existe una regla estricta sobre cuándo algo se convierte en una inversión activa. En términos generales, la celebración en un valor o inversión durante días o semanas, no en meses o años, puede hacer que sea una inversión activa, pero la definición es relativa. A menudo, la inversión activa requerirá realizar varias operaciones al día, sobre todo en las materias primas o los mercados de divisas. Estos mercados son altamente fluidos, y cambian muy rápidamente, dependiendo de las condiciones.
Muchos inversores activos también pueden participar en la inversión conservadora o pasiva, o de largo plazo (lo invitamos a conocer un poco más sobre la inversión conservadora). Para algunos, el dinero utilizado en la inversión activa es dinero que ya han determinado que podrían perder. En este sentido, es muy similar al gasto de dinero que un jugador puede llevar al casino. La diferencia es, por supuesto, que la inversión activa no depende de la suerte, sino en ser capaz de interpretar las diferentes condiciones del mercado.
Hay momentos en que la inversión activa puede implicar un poco de suerte. La mayoría de las veces, la suerte es una consideración secundaria a mantener un ojo en los mercados. Con los años, ciertos anuncios o tendencias pueden ser más fáciles de predecir. Por ejemplo, un anuncio de la fusión de dos empresas puede hacer que las acciones de una puedan levantarse o hacer que las de la otra compañía muestren una tendencia a la baja. Un inversionista experimentado sabrá cuál es la inversión más sabia. Por lo tanto, el inversor que sabe cuando estas cosas tienden a ocurrir puede ser capaz de aprovechar todas las oportunidades.
Además de saber cuándo comprar, la inversión activa requiere la capacidad de saber cuándo salir del mercado. Los inversores más activos verán sus productos con mucho cuidado, y tienen un cierto umbral en mente. Una vez que se alcanza dicho umbral, se activará una venta.
